Esta vivienda en el condominio Sindamanoy fue la primera obra de arquitectura construida de Carlos Rojas y la ultima que decidiría hacer utilizando técnicas convencionales de construcción. La única característica ecológica de esta vivienda finalizada alrededor de 2006 fue el uso de paneles solares para calentar el agua de la piscina pero en todo lo demás es una obra de alto consumo energético.

Esta casa fue obsesivamente modulada en 17,5 cm, un modulo inventado por el arquitecto, inspirado en el "modulor" de Le Corbusier y puesto a prueba en la antropometría de esta vivienda. El uso de este modulo genera proporciones excepcionalmente limpias y geométricas en todos los elementos. No existe ninguna baldosa (fueron cortadas a medidas exactas en obra) incompleta en la vivienda ni medidas que no sean múltiplos de 17,5.

A partir de esta el arquitecto iniciaría una exploración del sentido de la arquitectura alejándose de la prisión de refinación formal aqui presente para acercarse a una arquitectura comprometida con la ecología y la satisfacción simple pero elegante de las necesidades humanas.

La obsesión por el diseño en detalle del propietario de la vivienda le llevó a contratar al arquitecto de forma exclusiva durante dos años a tiempo completo para desarrollar cada elemento de esta obra. Los ladrillos de cemento por ejemplo fueron diseñados, probados y creados con los fabricantes para obtener el color y tamaño deseados.

Cada elemento de la vivienda fue calculado manualmente sobre una mesa por el ingeniero estructural y el arquitecto verificando su función y estética, la chimenea por ejemplo es un elemento escultural de hierro de mas de media tonelada de peso que cuelga en el aire, al cual se le dedicaron semanas de trabajo y elaboración exclusiva. 

Por citar un ejemplo del nivel de detalle de esta obra, las bisagras de las ventanas fueron diseñadas por el arquitecto y son exclusivas de esta vivienda, el muro de contención posterior de la vivienda tuvo un desarrollo detallado de varias semanas de estudio para llegar a crear texturas y formas únicas, integrándose de forma cuidadosa a la inclinación natural del terreno.

Esta vivienda fue portada de la revista Casaviva "El auge de las casas ecológicas" sin embargo el diseñador siempre ha pensado que esta vivienda no es realmente ecológica sino convencional y de alto impacto y esta ironía le llevaría a desarrollar una verdadera investigación sobre las tecnologías ecológicas en la arquitectura a partir de este momento.

La piscina de la vivienda, tiene un sistema de calefacción solar pasiva que crea un microclima de tierra caliente en un clima exterior muy frio, mediante un invernadero de vidrio y un piso de madera oscura, que se suman a un sistema de calefacción solar con paneles que sostiene la temperatura de la piscina en el nivel optimo para nadar. Tiene tambien un borde perdido sobre el horizonte de la sabana de Bogotá.